Para la Meditación en la Escritura. Cuando Dios comisionó a Josué para que guiara a su pueblo a la Tierra Prometida, le dio la siguiente instrucción respecto a la Escritura:
"Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito" (Josué 1:8).
Una mera lectura de las Escrituras sin meditar en ellas para instrucción y aplicación personal, no ayudará a nuestros hijos a crecer hacia la madurez cristiana. Queremos que aprendan a meditar (pensar) en las Escrituras de tal manera que lleguen a obedecer.
Para Escudriñar las Escrituras. Así como los de Berea "escudriñaban diariamente las Escrituras" para comprobar que fueran ciertas las cosas que decía Pablo, así también nosotros debemos examinar las Escrituras para probar lo que se nos enseña.
Nuestros hijos necesitan desarrollar esta habilidad para que sepan lo que creen y por qué lo creen, para estar preparados para resistir el ataque violento de enseñanzas erróneas, doctrinas falsas, filosofía de Nueva Era y propaganda sutil.
Queremos que nuestros hijos identifiquen estos errores, los refuten con la Escritura y sean capaces de presentar el amor de Dios a las personas que Él ponga en su camino.
"Estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia" (I Pedro 3:15).
Para Discernir Ideas. El mundo que nos rodea puede ser muy desconcertante si escuchamos todas las opiniones existentes sobre determinados asuntos. Queremos que nuestros hijos puedan discernir entre todas estas voces para detectar las que no honran a Dios. Queremos que también ayuden a otros a librarse de trampas, engaños y mentiras.
"Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas" (Colosenses 2:8).
Para Desarrollar Liderazgo. Queremos que nuestros hijos sean pensadores, no seguidores conformistas que se conviertan en adultos fácilmente manipulados. Tenemos una gran oportunidad de criar a nuestros hijos para que lleguen a ser líderes.
Una buena capacidad de razonamiento juega un papel importante en la fuerza de una nación. Como rey, Salomón sabía que lo más valioso que podía pedir a Dios era un corazón sabio y entendido.
"Da, pues, a tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal" (I Reyes 3:9).
Para Administrar el Hogar. La capacidad para pensar y razonar ayudará a nuestros hijos a administrar sus propios hogares.
La meditación en la Palabra de Dios y la aplicación de sus principios en el área de las finanzas impartirá a nuestros hijos la sabiduría que necesitan para tomar buenas decisiones financieras como consumidores.
También queremos que nuestros hijos sepan organizar su tiempo y establecer metas para sí mismos y para sus familias.
Para Crecimiento Personal. Queremos que nuestros hijos busquen el crecimiento personal y que no se estanquen intelectualmente. Deseamos que tengan un interés continuo en el aprendizaje y en nuevas áreas de desarrollo.
También queremos que nuestros hijos se mantengan informados de tal manera que puedan interactuar con otras personas.
"Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento" (II Pedro 1:5-7).
¿Cómo enseñamos destrezas de pensamiento y razonamiento analítico?
Meditante Materiales Escritos. Se vuelve cada vez más fácil encontrar libros sobre razonamiento y pensamiento crítico. Nosotros hemos usado varios tipos de libros de ejercicios. También compro libros de planteamientos de problemas de lógica y en ocasiones les permito a mis hijos que sustituyan un ejercicio por otra tarea.
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